La estación aurora es la pieza de tecnología más avanzada de todo el sector. Actualmente controlada por el Concilio. Comercian con los resultados de las prospecciones mineras con las dos casas, y en determinadas situaciones, cuando los tratados de tiempos de paz lo han permitido, reparando las enormes maquinas de guerra igualmente para ambas casas. A pesar de estas relaciones, a nadie que no pertenezca al Concilio tiene permiso para entrar en la estación, por lo que nadie no perteneciente a esta organización ha pisado la estación en siglos.
Los líderes de las dos casas durante todos estos siglos han sabido que no tenían poder suficiente para intentar tomar la estación, no solo por el armamento de esta. Sino por una flota propia que la protege a ella y sus naves mineras que explotan los planetas que no pueden albergar vida. Una flota más podersa que cualquiera de las dos casas, con tropas muy bien armadas y entrenadas. Conviertiendolos en los mejores aliados y los peores enemigos del sistema. El espacio es el territorio del Concilio.