Jeremiah Newton, siempre ha sido un hombre pequeño, que nació en el pequeño pueblo portuario de Hull, Massachussets. Hijo único de una familia obrera que nunca le ha tenido ningún respeto, y era feliz porque porque nunca requirió nada. En su niñez no destacó en nada salvo por unos increíbles resultados académicos y por ser el crío del que más abusaron en toda la historia del colegio al que asistió, hasta su propio profesor de historia, el señor Reynes, no llegó a tenerle ningún aprecio porque poco a poco demostraba más conocimientos que este dejandole en evidencia.
Al menos sus increíbles resultados académicos le permitieron un gran logro, entrar becado en la mismísima Harvard. La mejor época de su vida, enfrascado en miles de libros al margen de todo pudiéndose concentrar en su carrera, Arqueología y antropología. Y como siempre fue muy bueno, su nombre fue la definición de una rata de biblioteca en el mejor sentido de la palabra. Esos grandes resultados le llevaron varias becas de investigación de campo en lugares como Irak, Irán y Mejico, estudiando la cultura sumeria y la maya, a pesar su gran juventud. Fue allí donde aprendió a socializar, un poco, y en aquellos trabajos que tuvo sus primeras amistades que podían ver más allá del aspecto de un hombre pequeño y débil.
Fue en aquellas investigaciones cuando ocurrió el hecho que cambió su vida, que no le permitió llegar a ser uno de los mayores arqueólogos de su tiempo. Hace 5 años en Irak, Jeremiah, Jeremy para sus compañeros, se había quedado más tiempo de lo normal en la excavación, estaba seguro que el área en la que trabajaba habría algo importante. Tal era su concentración que hasta pasadas varias horas desde que se fueron sus compañeros no se dio cuenta que estaba solo en la noche y que una fortísima tormenta eléctrica se acercaba al lugar de la excavación. Se apresuró por proteger la zona lo mejor que pudo, intentó llamar a sus compañeros para que le ayudaran, pero no obtenía respuesta así que continuó su trabajo decidido a proteger los hallazgos que allí había.
Tras esto Jeremiah desapareció durante un año entero, para aparecer un año despues en medio de la selva amazonica, vestido con unos harapos de la guerrilla de la zona. Con ayuda de la embajada de EEUU volvió a su país, pero esposado. Jeremiah no entendía nada, no le explicaron porqué hasta que llegó a Boston, se le acusaba de expolio y destrucción de ruinas sumerias en Irak. Según le informaron aquella expedición no era legal, su beca era falsa y sus profesores estaban allí para eso, robar. Pero la “tormenta” llevó los planes al traste, necesitaron evacuación del campamento y se descubrió el pastel. Con la desaparición del joven arqueólogo aquellos pillos intentaron echarle todas las culpas posibles durante su ausencia. Pero por una vez el pequeño hombrecillo tuvo suerte, el abogado de oficio que le tocó era socio fundador de un importante buffete de la ciudad, si bien lo hacía como condena como trabajo comunitario por un escándalo con una prostituta con una sola pierna, Jeremiah le cayó en gracia ya que sin saber porque creía en la inocencia de este, su nombre era Terry Kane. A pesar de que Jeremiah no pudo explicar que había pasado con él desde su desaparición, el viejo abogado usó varias triquiñuelas legales y consiguió demostrar que había una duda más que razonable que el chico que su único patrimonio era 20$ en su cuenta, y un montón de libros que había en su piso custodiados por el estado de Massachusets como prueba, incluso inventó una disparatada historia sobre que su amnesia era debida a un fuerte impacto emocional por el secuestro de grupos radicales islamistas con relación con guerrillas sudamericanas, era un gran abogado. Aunque fue absuelto, Harvard no quiso saber más de él, por lo que temporalmente tuvo que volver a vivir en casa de sus padres, que le trataban con aun más indiferencia, incluso con desprecio por haber desaparecido un año y estar acusado de robo.
Harto de la situación se fue de su casa vagando por el medio oeste de los EEUU, haciendo todo tipo de trabajos, aunque no se le daban muy bien. Quiso reencauzar su vida así que llamó a su abogado, el cual hizo una llamada a un viejo cliente que actualmente dirigía un instituto en Los Angeles. Terry Kane le había conseguido un trabajo como profesor en instituto, no era el sueño de Jeremiah pero era un comienzo para reconstruir su vida. Así comenzó su vida en Los Angeles, tratando de rehacer su maltrecha vida, el trabajo no es que estuviera muy bien pagado pero pagaba las facturas, e intentar enseñar a aquellos catetos sobre historia antigua a veces se le antojaba imposible, pero su viaje por el centro de EEUU le enseñó que había desempeños mucho peores.
Como Shamash[]
Shamash fue un héroe con un recorrido breve pero intenso, haciendo todo tipo de actividades "heroícas". Detener a bandas, detener atracadores, e incluso una vez bajó un gatito de un arbol. Dado su nivel de poder impone bastante cuando aparece, y los testigos oculares dicen que era amable, a veces en extremo. Su seudónimo proviene del nombre del dios Mesopotamico del del sol y la justicia.